2010: SAFARI


Llegada Nairobi y traslado a Amboseli, 26 de julio.

Llegamos al aeropuerto de Nairobi procedentes de El Cairo cerca de las 5.00 de la mañana. El vuelo se ha retrasado una hora y ya nos están esperando Tomás y su familia. Unos amigos con los que tuvimos la suerte de compartir crucero por los Fiordos el año pasado y que se han animado a compartir aventura con nosotros. Tramitamos el visado y salimos directamente pues al final no hemos facturado nada. También nos espera el guía y el conductor. Cambiamos dólares por shillings keniatas y desayunamos. Como ya empieza amanecer podemos coger carretera destino Amboseli.

Vamos a hacer un recorrido en círculo. Comenzamos en el Parque Nacional de Amboseli (Kenia) desde donde se pueden tener vistas del Kilimanjaro en un día claro, pero nosotros tenemos anunciado nubes; al día siguiente ya cambiamos hacia Tanzania para visitar el Parque Nacional de Tarangire y el Lago Manyara. Seguidamente vamos al Cráter del Ngorongoro y luego 3 días en el Serengeti. Después tenemos un día de camino para dejar el Serengeti, irnos hasta la frontera y cruzar hasta Kenia de nuevo donde visitaremos la Reserva Nacional Masai Mara y por último el Lago Nakuru.

Estamos deseosos de comenzar a ver animales, por el camino hemos visto alguna avestruz y en una parada más larga de lo deseada estorninos y tejedores.

Por fin llegamos al hotel al mediodía. Nos gusta la filosofía de los tended camps. Amplias tiendas de campaña con camas, lavabo y ducha en el interior. Después de comer hemos hecho nuestro primer safari más a fondo.Esta mañana no nos hemos podido acercar a los elefantes y esta tarde los hemos visto bien cerquita y en grandes cantidades. Está claro que al que le guste los elefantes tiene que venir a Amboseli.También vimos cobos de agua,
una hiena moteada,
grullas coronadas,
avestruces,
Ibis Sagrada
y abutarda de kori.
 

Amboseli, paso frontera y traslado a Tarangire, 27 de julio.

En nuestra primera noche en un tended camp hemos dormido de maravilla. El campamento está genial. Por la noche entraba una brisa que hacía levantar las tapas de las ventanas pero era muy relajante. Me pareció oir una hiena a lo lejos.Aunque estábamos con falta de sueño esta mañana hemos madrugado y hemos hecho un safari antes de desayunar. Nos lo propuso el guía y nos pareció un plan perfecto.
Hemos encontrado a los animales muy activos, muy recomendable un safari bien temprano. De hecho lo primerito que nos hemos encontrado al entrar al parque ha sido a 4 leonas andando por la sabana. Detrás les perseguía un chacal de lomo negro.Algunas fotos de esta mañana:
Un par de elefantes machos peleando por una hembra, está justo detrás de ellos y no se la ve.
Volviendo al alojamiento captamos a unos marabús cerca de las porterías que utilizan los niños para jugar.
Tras el desayuno cargamos todo el equipaje y hacemos un breve safari pero tomando camino hacia una puerta más cercana al camino para la frontera:
Paran el coche para revisar algo:
Pasamos por una pequeña laguna y vemos los primeros búfalos tras ésta y una buena cantidad de flamencos, patos y otras aves.
Ya casi saliendo del parque por otra puerta para coger ruta a la frontera veo como se abre el maletero y un montón de maletas salen volando. Pego un grito para que se paren y nos bajamos corriendo. Nos dicen que nos subamos, que en el Parque no podemos estar fuera del coche, pero estoy viendo mi maleta a lo lejos y no tiene buena pinta, total que al final nos acercamos todos. Cuando llego veo que sigue entera; al lado estaba la manta que las tapaba y parecía parte de la maleta, eso sí llena de polvo. No aparece una pequeña de Tomás y Mar, había caído por un pequeño puente; enseguida la recuperamos también. Aprovechamos para hacernos fotos en la zona.
En la frontera nos despedimos del guía y conductor de Kenia y nos montamos en un coche que nos llevará hasta Arusha y allí cogeremos un 4x4 para seguir ruta por Tanzania.

Sobre las 15.30 llegamos a Arusha, a las oficinas de Tabia. Cambio de coche de nuevo, esta vez un Land Cruiser y conocemos a nuestro chófer-guía Maxi, a Naiman, Eugeni, Tina y dos personas más que trabajan en la oficina.Por el largo camino desde la frontera de Kenia-Tanzania hasta llegar al campamento hemos visto muchos mercados y en las zonas de campo a niños encargándose del ganado acercándolos a charcas que en muchos casos estaban a kilómetros de sus casas. Los más pequeños se encargan de las cabras y animales más pequeños y los más grandes de las vacas.
De camino al alojamiento encontramos muchos poblados. De todas las caritas que hayamos visto durante este safari Cisco y yo nos quedamos prendados con esta niña y su Asante Sana.
Llegamos de noche al Roika. Unos masais nos llevan el equipaje y como las cabañas están alejadas si quieres salir para ir al restaurante o a donde sea y es de noche, tienes que utilizar un silbato que tienes en la habitación para que te acompañen. Estamos al lado del Parque Nacional de Tarangire. El cielo está todo estrellado pero no lo logro captar con la cámara, una pena. La habitación perfecta. El único problema de estos alojamientos es que están muy mal iluminados y te dejas la vista para buscar algo en la maleta.

Tarangire y Manyara, 28 de julio.

Hoy en la agenda tenemos dos parques por visitar: el Parque Nacional de Tarangire, famoso por sus baobabs por la mañana y el Parque Nacional del Lago Manyara por la tarde. Echamos al maletero todos los bultos y a coger ruta. El primer parque lo tenemos cerca del alojamiento.Desde la entrada ya empezamos a ver manadas de ñus y cebras y nos explican que los impalas son animales que normalmente se agrupan en manadas donde la estructura básica es el harem. También nos sorprendió los saltos que daban sólo para cruzar la carretera.También vimos al dik-dik, unos de los antílopes más pequeños que existen y su nombre viene del sonido que emiten cuando están asustados. Forman parejas de por vida.Empezamos a ver los primeros termiteros llenos de mangostas,
y los primeros baobabs dentro del parque, este es un árbol del que dicen que entierra sus ramas dejando a la vista sus raíces.Algunos de los animales que encontramos en este parque:Sabíamos que había leones en Tarangire pero no esperábamos verlos y mucho menos una familia. Resulta que de repente el guía para el coche en un sitio donde no se ve ningún animal. Habla con el guía de otro coche y nos comenta que el otro cree que detrás de unos arbustos hay una leona, pero está fuera del camino. El otro coche se sale del camino, llega otro detrás y también se sale del camino; nosotros le suplicamos que se salga del camino (nos habían dicho que en Kenia se solían salir los guías del camino pero no en Tanzania) y nos dice que entra y sale de seguida. Al pasar el matorral (realmente estaba al lado del camino) vemos a una leona debajo de un árbol, pero entonces vemos un león levantarse y cambiarse de sitio (estaba delante nuestra y no lo veíamos) y después vemos a dos cachorros. Estaban todos juntos pero se camuflan tan bien que hasta que no se mueven no te das cuenta.
Después subimos para tener una buena panorámica del sitio y cuando ya nos íbamos vimos un autobús de escolares que llegaban.Nos vamos a comer al Roika y por la tarde visita al Lago Manyara. Está haciendo mucha más calor de la que me esperaba.A primera vista se ve un bosque muy frondoso, pero nos damos cuenta que a medida que vas avanzando cambia a llanura, te encuentras charcas y más al fondo el inmenso lago Manyara, a donde no llegamos.

El punto más lejano fue una charca donde había hipopótamos y cientos de pelícanos y algunos marabús y patos. Creo que como aún no habíamos visto hipopótamos de cerca el guía nos quiso acercar, pero visto lo visto después en otros parques, a lo mejor habría sido más interesante acercarse a la laguna, que vimos desde lo alto.
Maxi nos comenta que al salir del parque nos puede llevar de compras camino a Karatu, donde tenemos el hotel. Accedemos dado que todos tenemos que llevar algún recuerdo, pero no es algo que nos entusiasme a ninguno.
Nosotros intentamos comprarlo todo esa tarde, cuanto antes acabemos mucho mejor. Odio el tema del regateo y siempre le paso la pelota a Cisco, que tampoco le gusta pero se le da mejor que a mí.
No encontramos imanes ni tazas, que es algo que siempre nos solemos llevar. En hoteles o tiendas de otros parques hemos visto cosas muy interesantes y sin tener la necesidad de regaterar.
En la tienda del Hotel Bouganvillea compro postales y sellos.

Ngorongoro, 29 de julio.

Calculo que a mediados de los 90 en el Canal + estrenaban Los Leones del Cráter del Ngorongoro, primer documental que recuerdo sobre esta zona. Vaya nombrecito raro raro le han puesto al parque, cualquiera se atreve a recordarlo... Yo no lo sabía por entonces pero aquí se inicio mi interés por los documentales de felinos... Cisco llevaba años enganchados a los de la 2. Pero ciertamente hasta hace unos años nunca habría imaginado algún día verme en un escenario parecido. Esto es un sueño hecho realidad!Amaneció nublado y pensábamos que corríamos igual suerte que en Amboseli pero no, se ve que en esta zona por las mañanas siempre hay niebla, luego hacia las 11.00 comienza a levantar. Cenamos muy bien anoche en el restaurante del hotel y hemos dormido mejor en el Bougainvillea Hotel, en Karatu, a diez minutos escasos de la primera puerta del Ngorongoro.Las primeras imágenes que nos encontramos es que la parte de arriba es muy selvática. Ahí escondidos tiene que haber montones de animales.Durante el camino primero subiendo y luego bajando vemos que dentro del Área de Conservación del Ngorongoro viven muchos masais. Nos comentaron que por la tarde, cuando ya se ha cerrado el parque, bajan el ganado para que pasten cerca del cráter, pero tienen que ir muchos hombres para no tener problemas con los animales salvajes.Pues lo primero que nos encontramos en la base del cráter son estos dos estupendos guepardos echados encima de un repecho para tener bien a la vista todo animal viviente que se acerque por allí.La verdad es que rondaban una cebras que no se pusieron demasiado a tiro, estuvimos esperando 3/4 de hora pero no movieron más que la cola.Cerca deambulaba un chacal de lomo dorado y descansando un alcéfalo.
De repente nos encontramos con una estampa que debe de ser muy habitual en la sabana. Una leona escondida entre unos matorrales acechando a un grupo de cebras mientras dos leones machos se están pegando una macro siesta. Seguro que si la leona hubiera cazado éstos habrían sido los primeros en pillar cacho.
De camino al sitio donde comeríamos vimos de cerca una cría de cebra. Sus rayas son marrones y blancas y conforme van creciendo el color marrón se convierte en negro.También dejo una foto de un águila, las iba persiguiendo en las copas de los árboles e intentando distinguirlas cuando volaban surcando el cielo.Paramos para comer en una charca de hipopótamos. Durante los próximos siete días nos tocaría comer "lunch box", qué ilusión!Cuando dejamos el área de pícnic vimos cómo se acercaba a nosotros un elefante macho. Nos quedamos encantados con su firmeza al andar y verlo cómo pasaba detrás de nosotros. Impresionan en las distancias cortas.
En el Cráter del Ngorongoro no hay más de 20 ejemplares de rinoceronte negro, uno de los 5 grandes. Es complicado verlo pues suelen estar en una zona donde no hay caminos, más resguardados ya que es una especie muy amenazada. Maxi nos señaló uno que debía de estar a un kilómetro o más. Esto es lo que vimos con el zoom a tope,  el puntito del centro. Si me dicen que es el puntito de la izquierda me lo creo igual. Deberemos esperar al Lago Nakuru que allí el blanco se ve con facilidad.Uno de los momentos más emocionantes del día fue cuando vi una manada de ñus que salían corriendo en estampida y detrás de ellos una hiena. Antes de este viaje era un animal al que no le tenía ningún aprecio pero he de reconocer que nos ha dado mucho juego; seguramente será porque no la hemos visto en manada intentándole quitar la comida a un gato de verdad. Algunas imágenes recogidas por la tarde:
Y estas imágenes desde la terraza del hotel:Y como no una foto con nuestros compañeros, sin ellos habríamos vivido muchas menos cosas.

Serengeti 1, 30 de julio.


Otro madrugón. Hoy tenemos la agenda apretada. Salir pronto para visitar la garganta de Olduvai, también llamada la cuna de la Humanidad y visitar un Poblado Masai. Todo ello antes de las 10.00-10.30 que se nos acaba el tiempo de visita en el área de Conservación del Ngorongoro.
Da pena irse de este hotel que tiene tan magníficas vistas del Cráter. Lo esperábamos ver todo cubierto de niebla como nos habían dicho que pasa siempre pero algo se dibujaba entre las nubes altas. Sólo de mirar hacia abajo pienso en todos esos animales y en lo que puede estar pasando.
De camino vemos muchos poblados Masais, llamados manyatas, donde suelen vivir grupos familiares dentro de un cercado defensivo fabricado con ramas espinosas y dentro de él se distribuyen las cabañas en círculo. Estas fotos son de uno de los tantos poblados que veíamos por el camino, no del que visitamos, que presupongo más turístico. Lo primero que visitamos fue la Garganta de Olduvai, que proviene de una planta que abunda en aquella zona llamada Oldupai, pero se transcribió mal por los primeros exploradores y ha quedado como Olduvai.Nos contó el guía de aquella zona que su importancia se debe a que a lo largo de los años y de la actividad sísmica de la zona se han ido conservando capas de diferentes años (hasta 7). Ahora gracias a la erosión han quedado a la vista y nos han ido revelando la actividad humana y animal de cada época. Seguidamente visitamos el poblado Masai. Nos recibieron dando saltos, que hay que ver lo que saltan estos hombres. Para colmo quieren que los turistas se pongan a saltar al lado de ellos, es un plan que tienen para bajarte la moral; no lo intenten no tenemos nada que hacer!Nos enseñaron una casa por dentro y he de decir que me sorprendió lo minúscula que es. Había un espacio mínimo para que durmieran los padres y otro igual para los hijos y un fuego en medio para calentar la estancia. Ahí se acaba todo.

Después de esta breve visita nos dirigimos al Parque Nacional del Serengeti, palabras mayores para los que estén acostumbrados a ver documentales. Tardamos en entrar, la puerta estaba saturada.Lo primero que vimos fueron los famosos kopjes, que tantas ganas teníamos de ver. Por desgracia no tenía ningún felino, como nosotros deseábamos. Eso sí, en casi todos los kopjes que vimos habían unas divertidas lagartijas de unos colores muy llamativos.Imagino que ya cerca del centro del Serengeti vimos a una manada de leonas con un león macho joven que aún no tenía melena. A esta familia la veríamos cada día de nuestra estancia en el Serengeti bajo la sombra del mismo árbol.
Afortunadamente tardamos unos dos horas desde la entrada en el Parque para ver el primer leopardo. Era el animal que más quería ver y el que a la vez pensaba que me podría quedar sin ver, o tal vez a lo lejos como algunos contaban. Éste estaba encima de un árbol, como era de esperar.De allí directos a comer y otra vez de vuelta al safari no me podía imaginar que vería otro leopardo! Esta vez en un kopje!

Nos comentaba el guía que esta era más viejo que el anterior, que tendría unos 10 años y el anterior unos 8 años, que bien se conservan los canallas!El primer día en el Serengeti muy completito. También vimos ese día hipopótamos fuera de la charca, jirafas, facoceros, cálaos terrícolas, secretarios, buitres, elefantes y como siempre montones de gacelas thomson e impalas...Y después de un magnífico día de safari llegamos al campamento. Éste nos lo cambiaron días antes de venir hacia aquí. Cuando nos lo enseñaron nos sorprendimos al ver en una tienda de campaña las camas pero fuera el lavabo y la ducha. Menudo cachondeito que teníamos a cuenta de la ducha en la calle, pero en el fondo no nos gustaba. Hablamos con el director, una persona super amable y esa noche nos cambió a otro tipo de alojamiento: una tienda mucho más grande con el baño y ducha incorporadas. Además, esa noche hicimos un safari nocturno que ofrecía el establecimiento (por esa zona lo suelen ofrecer casi todos) y éste estaba incluido en el precio. Nos habían hablado que realmente no valía la pena hacerlo, que no se ven animales, etc., pero nosotros queríamos experimentarlo.

La primera hora fue normalita: vimos gacelas de thompson, manadas de zebras, dik-dik, pero parecía todo muy repetitivo. Las fotos no aprecian lo que se veía, pues era noche y nos iluminábamos por un foco grande que llevaba el rastreador. La segunda hora se puso emocionante. Resulta que cuando notamos que ya dan medio vuelta no nos suena para nada lo que estamos viendo y pensamos que se han perdido. Entre los nervios, el cansancio que acumulamos ya y que de repente empezamos a ver animales diferentes y el coche coge unas velocidades importantes... pues en eso que vemos un termitero y al lado un animal con una trompa importante y salta Tomás: es un lince!!! Yo no podía reir más, ahí se nos pasaron los nervios, el cansancio y todo. Era un cerdo hormiguero... pensábamos que era un oso hormiguero pero éste último sólo vive en el continente americano.
También vimos una hiena manchada intentando cazar y liebres y una especie de canguro pequeñito. Sí, sí, un canguro. Le enseñamos las fotos a nuestro guía y dijo que era un canguro africano, un "spring hare" en inglés que es donde he encontrado más referencias en internet. Era mucho más pequeñito y parecía un conejo saltador. Fue corriendo un tiempo hasta que se metió en su madriguera.
Cuando finalmente nos dejó en el campamento todos aplaudimos al conductor y rastreador, nos divertimos mucho más de lo que esperábamos en el safari nocturno.

Serengeti 2, 31 de julio.



Aunque ayer acabamos agotados después del safari diurno y nocturno pero me sigo despertando cuando aparecen las primeras luces de la mañana, que suele ser minutos después de las 6.00. Esta mañana me ha parecido oir desde el interior de la tienda los rugidos de un león y durante el desayuno me lo ha corroborado el guía que también lo oyó a la misma hora. Dice que no estaba cerca, que los rugidos de león se oyen a kilómetros de distancia.
Hemos comenzado el safari en una charca de hipopótamos. Nos decía cuando empezábamos el safari que no nos preocupáramos que en Serengeti veríamos hipopótamos para hartarnos y tenía razón. También hemos visto nuestros primeros cocodrilos del Nilo.
Hemos ido viendo muchos animales, un grupo de leonas en otro intento de caza, otra manada de leones que siempre los encontramos echando una siesta bajo el mismo árbol del día anterior, una hiena en búsqueda de algo de alimento, pero hoy el Serengeti nos ha vuelto a sorprender. Después de comer en nuestra ronda de búsqueda de guepardo hemos visto un grupo de coches y para allí que nos hemos ido directos.

A lo lejos hemos visto que se trataba de un leopardo y yo me he puesto nerviosa viendo que había muchos coches y no lo podría ver bien, no en vano es mi animal preferido y el que más ganas tenía de ver en el safari. Pero mi pesar se ha vuelto alegría al ver que el animalito venía andando y se dirigía a nosotros. Es más se ha parado en frente de nuestro coche y entonces hemos descubierto que tenía una presa escondida entre la maleza y se ha puesto a comer allí mismo. Al cabo de unos minutos ha dejado la gacela y se ha tumbado, sin quitarle ojo a la presa, a descansar. Creo que hemos disfrutado de esta maravillosa escena una media hora. No más tiempo porque nos teníamos que ir ya. Comentábamos que al día siguiente volveríamos a ver si podíamos ver si subía la presa a un árbol cercano. Cuando ya nos alejábamos del lugar vi una hiena y en ese momento temí que le pudiera quitar la presa.
Con el miedo que tenía de venir de safari y no ver al leopardo, hasta ahora lo he visto subido a un árbol, a un kopje y ahora andando por la sabana. Si me lo dicen al principio del viaje no me lo creo.

Cuando hemos llegado al campamento nos han dicho que la zona donde dormimos ayer la tenían llena y nos han enviado a la tienda de campaña claustrofóbica. Menos mal que es sólo una noche pero este cambio no nos ha beneficiado en nada.

Serengeti 3, 1 de agosto.


Poco después de entrar en el parque hemos visitado una charca habitual de hipopótamos. Después nos hemos dedicado a la búsqueda del guepardo un buen rato, se nos resiste. Hemos visto uno al lado de un árbol pero básicamente era un punto grande con puntitos pequeños. Pero también hemos vuelto a ver un intento de caza de leonas, esta vez a un impala. Esas mismas leonas han pasado antes por delante de nuestro coche , se ha parado al lado nuestra y hemos corrido a coger un mejor sitio posible pasando por encima de Cisco que la estaba grabando. Nos paramos un momento cuando vimos un grupo de elefantes que corrían y meneaban mucho las orejas, señal de que están enfadados. Parecía como si el jefe de la manada quisiera reconducir a una cría que iba a su aire.De camino al campamento, ya sabiendo que marchábamos definitivamente del Serengeti después de 3 días la suerte llama a nuestra puerta. Habíamos estado buscando al guepardo 2 días insistentemente y ya íbamos tarde para la salida. Eran las 17.30 y la puerta aún estaba lejos. Vemos un coche parado a mitad del camino. Nos paramos para observar y era un guepardo, pero lo mejor aún es que estaba con dos crías, crías que aún tenían una espesa melena en la espalda y la cabeza.
Se camuflaban muy bien entre la vegetación pero logramos ver cómo aseaba a sus crías y éstas seguían la cola de la madre levantada que les servía de guía. Estuvimos todo el tiempo que nos dejó el guía y nos habríamos quedado más.

Un safari es toda una sorpresa, nada está definido y en cualquier momento te encuentras con una escena que nunca podrás olvidar.








Esa noche dormíamos en el Ikoma de Pepe, un español que está a cargo de este Tended Camp. En principio íbamos a pasar las 3 noches aquí pero un problema de ocupación nos hizo que nos desterraran al otro alojamiento.
Nos hubiera gustado haber pasado más tiempo allí y haber compartido experiencias. Además el paraje que tenía nos encantó a todos. Es como si estuviera en el mismo Serengeti. Nos comentó que en época de migración los animales pasan por medio del campamento, debe de ser toda una experiencia. El único pero que le veo es que está alejado de la entrada al parque y esa entrada lejos del centro del Serengeti.

De madrugada tuvimos una visita inesperada.
Eran las 2.00 de la mañana cuando empezamos a oir pisadas en la hierba y una especie de relinches. Nos quedamos inmóviles hasta que sentimos que el animal se había alejado de la tienda. Entonces fuimos al baño y miramos por la ventana. En la oscuridad de la noche aprecié como un enorme árbol que teníamos enfrente se balanceaba de un lado a otro y después vimos los colmillos... ahora sabíamos que se trataba de un elefante.
 

Traslado Serengeti a Masai Mara, 2 de agosto.


Hoy el día se presentaba duro. Madrugón para llegar hasta la frontera de Kenia (4 h) por carreteras insufribles, tramitar visado, cambio de coche y despedida de nuestro guía y seguir camino hasta Masai Mara (7 h).

En la frontera nos despedimos de Maxi. Había sido un guía extraordinario y nos daba pena seguir el viaje sin él. Al cambiar de país se cambiaba también de coche y guías.Durante el trayecto a Masai Mara nos entreteníamos viendo el paisaje. La vida en estos países es muy dura. Las mujeres van a buscar agua a kilómetros de casa, los niños cuidan el ganado, etc.
Vimos muchos cultivos de plátanos, cereales y té, y muchos mercados en las pequeñas poblaciones.Y para colmo cuando llegamos al campamento, después de más de 11 horas de viaje no funciona el maletero y nos quedamos sin maletas otro rato más. Tremendo palizón el del guía y conductor que además se tuvieron que ir a buscar un mecánico a esas horas de la noche.

Masai Mara, 3 de agosto.


Después de un agotador viaje entre Tanzania y Kenia todos esperábamos que la Reserva Nacional Masai Mara nos recompensara... y creo que sí lo hizo.
Quedamos a las 8.00 en el coche y afortunadamente la entrada al Parque estaba a escasos minutos, de hecho, desde nuestra tienda se podían ver los coches ya deambulando en busca de animales.
Los dos últimos días en Serengeti le habíamos dedicado unas cuantas hora a la búsqueda del guepardo. Justo a la entrada del parque vimos un montón de coches (señal que algo gordo ronda por ahí), nos acercamos y teníamos delante a un GUEPARDO!!!! Poco a poco los coches se fueron marchando y nosotros cogiendo mejor sitio, hasta que nos quedamos solos.No teníamos nada de prisa y lo vimos como se revolcava en la hierba, se lamía para mantenerse limpio, miraba al horizonte...hasta que algo llamó su atención............
............ y la de todos nosotros.
Había por allí un impala adulto, pero de repente detrás de la madre aparece una cría...
El guepardo tardó 5 segundos en iniciar la carrera, desestabilizar a su víctima con la garra y cogerlo por el cuello. Impresionante y sólo nosotros 6 estábamos allí para verlo.Se perdió entre maleza y nos fuimos gritando, celebrando todo lo que acabábamos de ver.

Desde donde arrancamos el coche veíamos que había otro grupo de furgonetas aparcadas. Derechitos nos fuimos pues sabíamos que allí habría también algo grande. Por el camino intentábamos adivinar de qué animal se trataría: una leona, un leopardo.... cuando de lejos creo que ya sé lo que es y grito a los cuatro vientos: ES UN LEÓN MACHOOOOOOOOOOO. Creo que todos los coches de por allí dejaron de mirar por un segundo al animal y miraron hacia mí, pero es que me emociono de seguida.Y encima estaba comiendo. Por allí cerca rondaban una pareja de chacales que se paseaban a ver si pillaban algo pero creo que pronto se dieron cuenta que no eran suficiente rivales.Una vez que nos volvimos a quedar solos pudimos oir el ruido que hacía al partir los huesos...

.... no le costaba nada de nada.
Era una escena que no te cansabas de mirar, pero seguimos nuestro camino que queríamos ver la gran migración. En el cielo vimos cantidad de buitres volando en círculo, señal que han localizado carroña. Nos desviamos un poco y fuimos a ver qué pasaba.Otro ñu abatido que ahora era presa de buitres y marabús.

Siguiendo nuestro camino empezamos a ver primero grandes manadas de cebras y luego de ñus. Es imposible plasmar en una foto la cantidad de animales que se perdían en el horizonte.Hasta llegar al Río Mara teníamos dos horas en las que constantemente veíamos manadas de ñus y cebras. Cuando llegamos vimos que el curso del río bajaba con poca agua, estamos en temporada seca.Vimos hipopótamos y cocodrilos del Nilo.
Y un poco más adelante vemos un pequeño grupo de ñus allí parados.

Los ñus siempre van buscando los pastos más frescos y al otro lado del río se ve que lo tienen. La decisión de cruzarlo les cuesta. Abajo están los cocodrilos y muchas veces se rompen extremidades en el salto. Durante el cruce del río siempre hay un ñu que toma la decisión de cruzarlo y entonces el resto sigue sus pasos. Estuvimos esperando que algún ñu se decidiera cerca de dos horas. Daba un paso y tres para atrás. De todos modos veía que era un grupo muy reducido, parecían no tener suficiente fuerza de empuje. De repente sin saber qué había pasado otro grupo de ñus empiezan a bajar la colina que teníamos al lado, venían todos directos al grupo del río y estos fueron los que empujaron e hizo que la manada empezara a cruzar...
Sólo una parte de ese grupo cruzó, pues en seguida los coches arrancaron para tener una mejor perspectiva y muchos ñus se asustaron y volvieron atrás. Pudimos ver cómo cruzaba otro grupo pequeño al rato.

De vuelta al campamento vimos un grupo de leonas con cachorros y más adelante los machos que se estaban poniendo tibios a primera hora de la mañana.
Y la pareja de chacales, y unas jirafas muy cariñosas...
Masai Mara me había enamorado, muchas emociones en un sólo día.

Masai Mara-Nakuru, 4 de agosto.


Este día hicimos un cambio en el programa para pasar medio día más en Nairobi y tener la ocasión de ir al Orfanato de Animales. De esta manera nos quedamos sin medio día en Masai Mara. El día anterior fue muy fructífero y quedamos que si veíamos lo que teníamos pensado lo haríamos así.
Salimos temprano de Masai Mara y después de más de 5 horas llegamos directamente al Parque Nacional Lago Nakuru. Isaac nos avisó de que los babuinos podían ser peligrosos y que no le tenían miedo a los blancos. Vimos como un mono verde se metió en la furgoneta y pilló un zumo que abrió en un santiamén.Una vez entramos dentro del parque, que está al lado de la ciudad, visitamos el gran Lago Nakuru, lleno de Flamencos, Pelícanos y Cigüeñas Marabús.
En esta época no hay muchas aves pues nos dijeron que en invierno, que es cuando más abundan, se alcancan cifras de 2 millones de flamencos, la mayor concentración mundial. En un paraíso para los flamencos pues el agua tiene grandes dosis de alcaina y existen muchas algas, que les sirve de alimento y les da ese tono rosáceo en las plumas.Cerca del lago vimos una águila pescadora:
Sólo con adentrarnos un poco en el parque, pero aún siguiendo en la laguna pudimos admirar a nuestro primer rinoceronte blanco, el quinto de los 5 grandes que nos faltaba por ver:
Ya de camino al hotel empezó una lluvia fina que nos dejó con esta estampa:
El hotel a simple vista nos pareció una maravilla, el último tended camp no nos gustó mucho, y una vez vimos las habitaciones y sobre todo comimos esa noche, nos pareció de lo mejor del safari. Además fue el primer hotel que encontramos con animación, esto me recordó mucho a los cruceros a los que tanto nos hemos aficionado últimamente.

Nakuru-Nairobi, 5 de agosto


El safari está llegando a su fin. El viaje que llevaba ideando 3 años y preparando seriamente desde enero se acaba hoy pero ya puedo decir que no nos ha defraudado y que nos llevamos un recuerdo maravilloso de estos Parques Nacionales, que nos hemos encontrado muy a gusto con nuestros compañeros de crucero y ahora de safari y creo que también puedo decir que Nacho y David se han sorprendido con el viaje y que han vivido cosas que seguramente no se esperaban cuando salieron de Madrid. Hemos descansado estupendamente, después de una abundante y exquisita cena y un sueño reparador en una habitación "como Dios manda". Isaac nos propuso quedar a las 8.00 de la mañana, ya desayunados para hacer nuestro último safari. Hemos aprovechado para hacer algunas fotos del Parque desde el hotel, que tiene unas vistas increíbles.La verdad sea dicha, no me esperaba mucho de este último safari. Ayer por la tarde después de haber visto el lago y los rinocerontes pensábamos que nada nuevo nos iba a acontecer, pero también hemos aprendido que en un safari el guión nunca está escrito y que siempre puede pasar algo.Como ver al rinoceronte negro, especie muy difícil de ver. En el Ngorongoro nuestro guía nos señalaba un punto en el horizonte y afirmaba que era un rinoceronte negro, nosotros quedamos un poco decepcionados en esa ocasión. Es un animal que está amenzado seriamente de extinción. En otros parques donde suele habitar no hay senderos para ir con el jeep y al alimentarse de hojas de arbustos, al contrario que el blanco que se alimenta de hierba del suelo, pues pasa mucho más desapercibido. Nuestro rinoceronte negro apareció en mitad de un claro para dejarse ver en todo su esplendor. Mostraba unas extrañas heridas que nos comentó el guía se debían a el roce contra los árboles, nada que temer.Siguiendo el camino vimos un águila ratonera, subimos a una de las zonas más altas para poder ver en su inmensidad el lago y todo lo que le rodea, hemos vuelto a ver manadas de jirafas, esta vez por fin bebiendo y cortejando una a otra pero sin éxito, al menos delante de nosotros...
... más rinocerontes blancos, además en la lucha entre el hombre y el rino por pasar por un camino ha ganado el rino (es que hay que ser pardillo) y un babuino comiéndose una gacela de thompson...El comedor no lo habrían hasta las 12.30 pero nuestro guía habló con los responsables para que lo abrieran media hora antes y así poder salir antes hacia Nairobi. Durante la espera algunos se desquitaron jugando al billar, poco a poco íbamos recuperando costumbres occidentales. Vimos una mantis religiosa en el comedor y le hicimos fotos como si fuera un leopardo...
Tardamos un poco en salir del parque, se ve que hacia las 13.00 h es hora punta, pues había muchas furgonetas que querían salir pero más que querían entrar. Al ser un parque que está cerca de una ciudad también había gente residente que se acercaba para verlo. Una suerte contar con un parque como éste cerca de casa. El camino hasta Nairobi duró unas 3 horas. Nos llevaron hasta el Parque Nacional de Nairobi y nos dejaron cerca de la puerta del Orfanato de Nairobi. Días antes de comenzar el safari Tomás me comentó que su ilusión sería tocar un animal salvaje. Yo le comenté que lo había visto en Sudáfrica pero que no me sonaba en las zonas que tocábamos. Por suerte cayó en mi mano la guía de Kenia de País Aguilar y vi que era posible en el Parque Nacional de Nairobi. Lo comentamos con el guía y nos dijo que había una posibilidad... y ya todos locos con la ilusión de tocar un animal salvaje... ya no sólo era verlos de cerca como en el safari, ahora soñábamos con tocarlos y hacernos fotos. Yo no me quise hacer ilusiones pues lo veía difícil.Nada más llegar una especie de becario nos hizo de guía. Le comentamos al cabo de 5 minutos lo que más anhelábamos. Nos dijo que era posible con propina, cosa que ya nos habían comentado. Primero entramos en una jaula de guepardos ya creciditos. En principio íbamos a entrar en una de unos que tenían un año pero finalmente entramos en otra y creo que dijo que tenían 3. Se me pasaron los nervios sólo pasar la entrada, una vez dentro me fui directa al guepardo... qué sensación! Ronroneaba fuertemente, creo que el sonido le salía desde el estómago y no paraba de mover la cola. El tacto era muy áspero pero TODOS babeábamos.
Son animales que se han quedado sin sus padres, son recogidos directamente desde su hábitat y aquí los cuidan. No vuelven, según nos comentaron, a la vida salvaje, pues son muy vulnerables y no sabrían hacer su vida normal.
Aparte de un leopardo, leones, hienas, chacales, guepardos... vimos servales y caracales, que me quedé con ganas de verlos en los parques, pero tampoco es muy común, son animales que se ven poco después del amanecer.Creíamos que sólo podríamos tocar los guepardos, pero durante el recorrido vimos unos cachorritos de león y seguidamente le pedimos a nuestro guía poder tocarlos. Dijo que haría lo posible. Tuvimos que esperar a que el parque cerrara y finalmente nos llevaron al sitio donde descansan estos increíbles animalitos. Cuando lo cogía notaba como me arañaba el brazo, cómo debe de ser de grande! Y luego me acerqué a otro que había en una jaula con una luz que me imagino que les sirve para no enfriarse y me abría la boca como intentando hacerme recular, qué preciosidad!

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